Nos encontramos detrás de la puerta de su cuarto.
Somos cuatro personas ansiosas de tirarse a por ella para hacer que comience su día con una sonrisa que se le salga de la cara.
Contamos hasta tres y abrimos la puerta con fuerza y corremos a por ella como las señoras el primer día de rebajas por ese vestido que tenían visto hace meses.
La despeinamos, la agitamos, la gritamos, saltamos.. ¡Pero que cumple dieciséis años!
Y yo, sin que ninguna de mis amigas se percatara la dejo una nota bajo la almohada.
Miento, una me vio, pero tenemos un lenguaje a base se sonrisas. Me dijo: "Adelante"
[...]
Su función aquí, en suelo terrestre está escrita en dicha nota.
Ya es tarde para que vuelva al cielo.
Te hemos cogido mucho cariño después de dieciséis años, quédate por favor.