jueves, 24 de noviembre de 2011

Suncreen

Damas y caballeros,

Usen protector solar. Si pudiera ofrecerles tan sólo un consejo para el futuro, sería este:

Disfruta de la fuerza y belleza de tu juventud. No me hagas caso, nunca entenderás la fuerza y belleza de tu juventud hasta que se te haya marchitado.

Pero créeme, dentro de 20 años cuando estés mirando tus fotos recordarás que no podrás tomar hoy, todas las posibilidades que tenías ante ti y lo guapo que en realidad eras. No estás tan gordo como te imaginas

No te preocupes por el futuro, o preocúpate sabiendo que es tan efectivo como intentar resolver una ecuación de álgebra masticando chicle.

Es probable que los problemas más serios que te surjan en la vida sean cosas que ni se te pasaron por la cabeza de esas que te sorprenden un martes a las cuatro de la tarde.

Todos los días haz algo que te de miedo.

Canta.

No juegues con los corazones de los demás. No aguantes que la gente juegue con el tuyo.

Relájate.

No pierdas el tiempo sintiendo celos, unas veces vas ganando y otras perdiendo.

La carrera es larga y al final solo compites contra ti mismo

Recuerda los elogios que recibas, olvida los insultos (si lo consigues dime cómo)

Conserva las cartas de amor. Tira los recibos viejos del banco.

Estírate.

No te sientas culpable si no sabes que hacer con tu vida. Las personas más interesantes que conozco no sabían que hacer con su vida a los 22 años. Algunas de las personas más interesantes que conozco tampoco lo saben a los 40 .

Toma bastante calcio.

Trata bien a tus rodillas. Las echarás de menos cuando te fallen

Quizás te cases, quizás no.

Quizás tengas hijos, quizás no.

Quizás te divorcies a los cuarenta

Quizás bailes el rock en tus bodas de plata.

Hagas lo que hagas, no te congratules demasiado. Ni tampoco te censures.

Siempre has optado por una cosa u otra, como el resto del mundo.

Disfruta de tu cuerpo. Úsalo de todas las maneras que puedas. No tengas miedo ni te preocupes de lo que piensen los demás; es el mejor instrumento que tendrás jamás.

Baila. Aunque tengas que hacerlo en la sala de tu casa.

Lee las instrucciones aunque no las sigas.

No leas revistas de belleza, sólo harán que te sientas feo.

Convive con tus padres, nunca sabes cuando se irán para siempre.

Sé bueno con tus hermanos, son el mejor vínculo con tu pasado y seguirán contigo en el futuro.

Entiende que los amigos vienen y se van pero hay unos escogidos que debes conservar.

Esfuérzate en no desvincularte de algunos lugares y costumbres porque cuando más viejo te hagas más necesitarás a las personas que conociste.

Vive en Nueva York alguna vez pero vete antes de endurecerte.

Vive en el norte de California alguna vez pero vete antes de ablandarte.

Viaja.

Acepta ciertas verdades eternas:

Los precios siempre van a subir.

Todos los políticos son mujeriegos.

Tú también vas a envejecer y cuando suceda vas a tener fantasías; cuando eras joven los precios eran accesibles, los políticos eran nobles y los niños respetaban a los ancianos.

Respeta a las personas mayores.

No esperes que cualquier persona te apoye.

Tal vez tengas una herencia.

Tal vez tengas un esposo rico.

Pero nunca sabrás cuando alguno se irá.

No te hagas demasiadas cosas en el pelo cuando tengas 40 años parecerás de 85

Ten cuidado con los consejos que tomas pero se más paciente con las personas que te lo da.

Los consejos son una forma de nostalgia. Ofrecerlos es una manera de rescatar el pasado del olvido. Límpialo, oculta las partes feas y recíclalo dándole más valor del que tiene.

Pero hazme caso con lo del protector solar.

martes, 1 de noviembre de 2011

- ¡Qué pena que estemos tan lejos de mi casa! Me encantaría regalarte algo.
Por fin continuó:
- Bueno, como no tengo aquí nada para darte, te regalo el secreto de una palabra. Las palabras tienen secretos, ¿sabes? Secretos que son como el fuego que esconde el corazón de la tierra, como la brillante veta de plata que recorre la oscuridad de la mina. A ver, a ver, ¿qué palabra te podría dar?
Y, mientras decía esto, el viejo la miraba fijamente, como si quisiese meterse en su mente.
- ¡Ya sé, ya sé! Te regalo la palaba "pupila". Pregúntale a tu profesor de latín de dónde viene. Y, cuando lo sepas, te acordarás de este viejo, que se quedó con tu imagen grabada en la retina.
[...]
Abrió el cuaderno y escribió "pupila"
- Pues es una bonita palabra - le dijo su profesor, un joven loco por las etimologías-. Viene, es verdad del latín y comparte el origen con poupée, que en francés quiere decir "muñeca". Pues en aquel tiempo (y hoy también, qué duda cabe) cuando alguien miraba a otra persona a los ojos, se veía reflejado en ellos como si fuese una muñequita. De ahí viene la palabra: pupila es la muñeca que tú ves en los ojos de quien te mira.